La Evolución de la Reproducción Asistida en España a través de la experiencia de una Embrióloga
Descubre cómo la reproducción asistida ha evolucionado en España a través de la experiencia de una destacada embrióloga con 32 años de experiencia en el campo. Acompáñanos en este apasionante viaje por la historia y los avances que han transformado la ciencia de la fertilidad.
Hoy quiero presentaros a María José Figueroa, una destacada embrióloga con 32 años de experiencia en el campo de la reproducción asistida.
Su historia es una verdadera inspiración, y gracias a su increíble trayectoria podremos descubrir cómo ha ido evolucionando el panorama de la reproducción asistida a lo largo de los años.
María José, originaria de Jerez de la Frontera, es la mayor de seis hermanos, lo que sin duda le ha inculcado la importancia del cuidado y la responsabilidad. Después de estudiar biología en Sevilla, se aventuró en el emocionante mundo de la reproducción asistida.
En realidad, es gracias a una casual reunión con una compañera en un evento de antiguos alumnos, donde María José se enteró de una clínica de ginecología en Jerez que buscaba un biólogo para asistir en técnicas de reproducción asistida. Sin pensarlo dos veces, se presentó para la oportunidad.
Así, en febrero de 1992, comenzaba su viaje en la reproducción asistida. En aquellos tiempos, no existían programas formales de especialización en embriología, pero ella se embarcó en una travesía de aprendizaje junto a los mejores especialistas de la época. Valencia, fue su primera parada ,compartiendo los primeros aprendizajes con Mª Jose de los Santos y Emilio Gómez. Posteriormente cruzaría el océano, con Carmen Calatayud (CREA) para llegar al Jones Institute for Reproductive Medicine en Norfolk, Estados Unidos.
En Norfolk, con Lucinda Veek, una pionera en el campo de la reproducción asistida, María José se sumergió en un mundo completamente nuevo. Era como estar en la NASA, con la emoción de presenciar las primeras pruebas de ICSI, un método revolucionario en la reproducción asistida. Allí, siempre pegada a Silvina Bocca, aprendió técnicas de reconstitución de medios de cultivo, clasificación y congelación de embriones, y el riguroso criterio morfológico de Norfolk para clasificar espermatozoides.
“Cuando llegué allí…de Jerez a Norfolk, aquello era para mí la NASA. Recuerdo a Lucinda Veek que se metía en una habitación a realizar las primeras pruebas de ICSI. Había montado el sistema básico de microinyección en un microscopio dentro de una incubadora de bebés”.
En 1995, estuvo en la Universidad de Leeds para aprender sobre la congelación de tejido ovárico. Allí conoció a Roger Gosden, uno de los pioneros en este campo, de quien aprendió los primeros conceptos técnicos.
Además, su compromiso con la ciencia y su amor por la naturaleza le llevó a colaborar con el Zoo de Jerez y el parque nacional de Doñana en diferentes proyectos de conservación entre los que destaca un proyecto de conservación del lince ibérico. Se pusieron en marcha técnicas de congelación de semen y tejido ovárico .
“Me encantaba ir a Sanlúcar, cruzar al coto de Doñana en la barcaza, y allí me recogían en el Land Rover para llegar a la reserva … los linces tenían nombres propios “
María José ha sido testigo de un verdadero viaje en el tiempo dentro de la reproducción asistida. Desde los inicios, cuando las técnicas se realizaban en pequeñas clínicas de ginecología que constituyeron las primeras unidades de Reproducción Asistida, hasta la actualidad, donde la especialización y las tecnologías avanzadas son parte fundamental del proceso.
Hoy en día, María José ejerce como embrióloga en Marbella, en la unidad de reproducción de FIV OCHOA, del Hospital Ochoa. Allí sigue desarrollando su carrera profesional, con la misma ilusión que el primer día!!
Inicios de la reproducción asistida en España.
En el año 1992, cuando Maria José comenzó a trabajar en el campo de la reproducción asistida, en España habría unas 30 clínicas de reproducción asistida. En toda la provincia de Cádiz solo estaba la suya.
Los tratamientos en aquella época eran bastante limitados en comparación con las opciones disponibles actualmente. Los procedimientos más comunes eran las inseminaciones, ya fuera con semen de la pareja o de donante, y la fecundación in vitro (FIV). Técnicas como el ICSI (inyección intracitoplasmática de espermatozoides) y la vitrificación de embriones aún no existían en el panorama.
Congelar óvulos estaba prohibido en España, la congelación lenta no daba resultados, y la donación de óvulos se limitaba a casos en los que las pacientes tenían óvulos sobrantes en su propio ciclo de reproducción asistida y decidían donarlos en fresco.
Además, no había controles de calidad ni sistemas informáticos, y las historias de los pacientes se registraban en papel, escrito a mano o a máquina.
El tipo de pacientes que acudían a estas clínicas eran principalmente parejas heterosexuales y casadas, generalmente jóvenes, entre los 28 y los 35 años, que llevaban varios años intentando concebir sin éxito.
Laboratorios de los 90: Un mundo aparte
Los laboratorios de reproducción asistida en los años 90 eran muy diferentes a los modernos y avanzados laboratorios actuales. María José recuerda cómo su primer laboratorio era simplemente una pequeña habitación de 2,5m x 2,5 m, equipada con lo esencial para llevar a cabo los procedimientos.
En ese pequeño espacio, tenía una cabina sin placa calefactada, una lupa , una incubadora convencional ,grande, que solo medía el CO2 y una centrífuga. Los microscopios aún no eran parte del equipamiento básico, y las pipetas pasteur se lavaban, esterilizaban y confeccionaban manualmente, calentando y estirando a la llama.
“la primera cabina de flujo que yo tuve que se podía calentar la conseguí por que mi amigo Miguel Ruiz de CREA me dijo: Maria José, vete a una tienda de animales y compra unas placas que venden para los reptilarium y la pegas debajo de la cabina, así se te pone a 37 grados”.
Los laboratorios de la época no utilizaban aceite en las placas de cultivo, y las incubadoras, debido a su tamaño, albergaban el material biológico de todas las pacientes, lo que requería constantes aperturas y cierres que dificultaban mantener las condiciones óptimas de cultivo. Cada día suponía un desafío para mantener las condiciones adecuadas dentro del incubador.
En aquellos tiempos, era común que las clínicas dispusieran de un animalario para practicar técnicas y probar medios de cultivo. María José tenía el suyo gracias a la colaboración con el zoo de Jerez de la Frontera.
La mejora de las instalaciones y protocolos ha contribuido enormemente a aumentar la eficacia y seguridad de los tratamientos.
Cambios que marcaron un antes y un después en la reproducción asistida
Para María José, los grandes hitos en el campo de la reproducción asistida podrían ser los siguientes:
1. La creación de ASEBIR, en el 93. Fue fundamental en España pues supuso que todos los biólogos del sector empezaran a compartir sus datos y se establecieron criterios morfológicos para que todo el mundo hablara el mismo lenguaje.
2. La obtención de espermatozoides tras biopsia testicular, que en su clínica se aplicó poco después de la incorporación del ICSI. Abrió una nueva ventana de posibilidades para varones con diagnóstico de azoospermia.
“Salimos en la televisión y todo, por que conseguimos el primer embarazo en Andalucía a partir de semen congelado a partir de una biopsia de testículo”
3. La llegada del ICSI, en torno a 1994. Esta revolucionaria técnica de fecundación permitió que muchas parejas que no podían lograr un embarazo con FIV tradicional pudieran concebir exitosamente.
“la curva de aprendizaje era con los óvulos de las propias pacientes, en lista de espera para la técnica”.
4. La introducción de la vitrificación, una técnica de congelación ultrarrápida. Marcó un hito en la preservación primero de embriones y posteriormente de óvulos a partir del 2009, aumentando las tasas de éxito y brindando nuevas oportunidades a pacientes con dificultades para concebir.
“para congelar óvulos había que pedir un permiso a Sanidad, todas las clínicas pedían sus permisos.”
5. El desarrollo de medios de cultivo y la evolución de las incubadoras también han contribuido enormemente a la mejora de los resultados de los tratamientos de reproducción asistida.
“Las incubadoras han pasado de tener el tamaño de un frigorífico al de una sandwichera compartimentada. Ahora cada paciente está de forma independiente y por tanto la manipulación de una no altera las condiciones de cultivo de otra y además la incubadora repone rápidamente sus condiciones”.
6. En el campo de la genética, la reproducción asistida ha dado un paso de gigante. Actualmente, es impensable concebir un laboratorio de reproducción asistida sin la integración de técnicas genéticas, como el DGP (diagnóstico genético preimplantacional), que permite analizar y seleccionar embriones sanos antes de transferirlos al útero materno.
El Futuro de la reproducción asistida: Automatización e inteligencia artificial como aliados
Finalmente, el surgimiento de la automatización en los laboratorios y el avance de la inteligencia artificial son algunas de las principales tendencias que marcarán el camino de la reproducción asistida en los próximos años. Según María José, va a facilitar mucho el trabajo pero no va a sustituir a los embriólogos. Siempre tendrá que haber embriólogos que controlen y revisen las cosas.
En definitiva, la evolución de la reproducción asistida en España ha sido asombrosa. La historia de María José es un testimonio vivo de cómo la pasión, la dedicación y la determinación pueden transformar una ciencia emergente en una práctica de vanguardia que cambia la vida de muchas personas.